Trama/Escenarios
La invasión turca.
Esta escrito que utilizaron las islas Cíes como base operativa. Desde allí invadieron las costas del Morrazo y de Vigo, llegando incluso hasta Bayona.
Evidentemente no hay prueba alguna de que fueran contratados por la Santa Inquisición o alguno de los nobles de la época. Pero son demasiadas casualidades que fueran corsarios berberiscos, o lo que es lo mismo, piratas turcos que hacían sus desembarcos por encargo de un tercero a cambio de dinero y una parte del botín. Y que además su función fuera fundamentalmente dejar viudas y huérfanos para poder reclamar las propiedades.
Este era el caso de María Soliño. Muertos su marido y hermano, era más fácil condenarla y expoliarla. Es por eso por lo que en mí nace el ánimo de la recuperación de su memoria histórica y por lo que decido que sean las mujeres las heroínas de la historia consiguiendo repeler el ataque, aunque para ello necesiten algo de ayuda divina.
Explicado ya, que sólo la flota pirata de Argel tenía tal capacidad, y no desmentido en alguno de los escritos de la época, decido iniciar el manuscrito con una breve descripción según lo que pude averiguar, de la metrópolis y su puerto a principios del siglo XVII. Y cómo quería involucrar al Santo Oficio en mi trama, dándole aires conspirativos que de todos modos ya se suponen, sitúo al bachiller allí, negociando las condiciones con los berberiscos. Y para darle un aire más siniestro, pero con futuras posibilidades de cambio, le enfundo el hábito de penitente.
Para la descripción de la flota he intentado compaginar lo que podría haber sido en función de los mil hombres que se sospecha invadieron las costas gallegas, y el tipo de navíos que cruzaban los mares en busca de fortuna. Las características las fui armando de dos o tres páginas que definen bien sus partes y componentes, sus materiales, sus series de artillería y la guarnicionería que ostentaban.
En relación al cálculo del precio que se debía pagar por aquel entonces, mis pesquisas me llevaron al real español que era una moneda de plata de 3,35 gr., que empezó a circular en Castilla en el siglo XIV y que fue la base del sistema monetario español hasta mediados del siglo XIX. Desde el año 1.497 tenía un valor de 34 maravedíes, lo que, la verdad, no sé si acertado o no, me daba una media de 30 reales de plata por barco.
Por lo que se sabe, la invasión no debió diferir mucho de la que yo relato, incluida la quema de la colegiata. Y al parecer fueron los habitantes de tierra, fundamentalmente las mujeres, quienes consiguieron expulsarles. Aunque también es bien cierto que no venían para quedarse.
La colegiata de Santiago de Cangas.
En la actualidad ex-colegiata, durante el saqueo pirata en el 1.617, ardió prácticamente por completo, a excepción del Cristo que no quiso arder, según la leyenda, y que aún hoy en día es venerado. La talla principal es el Cristo del Consuelo, patrón de la villa, y que para no confundir en exceso al lector, las he unido en la misma. He intentado reflejarla tal cuál es y en su plaza externa, preside la estatua del apóstol Santiago a caballo sobre la columna que hacía de fuente.
Los derechos de presentación que ostentaba María Soliño fueron unas de las causas principales para que ya viuda fuera ajusticiada con el único fin de desposeerla de sus propiedades.
El café Plantaciones de Origen donde presento el reencuentro de todo el grupo, se encuentra justo frente con frente con la pared trasera. Allí fue donde presente el manuscrito a mi grupo de colaboradores y donde La Primera Meiga empezó a tomar cuerpo. Precisamente en el mismo reservado donde María termina enfadándose por tanto misterio.
La cofradía que forma el grupo con motivo de la procesión, se recompuso en 1.990 según he podido constatar como la asociación del Santísimo Cristo del Consuelo y el hábito que describo es el que lucen durante dicha celebración el último domingo de agosto. Este dato fue él que me sirvió para poder recrear dicho capítulo con la batalla final que se desencadena en su interior, y el intento de asesinato de nuestra protagonista, salvada in extremis por Jose. Me parecía que era una buena forma de retrotraer una parte del saqueo pirata y del incendio de la colegiata por parte de Al-Aruk y sus hombres.
Los Monjes Negros y la Santa Compaña.
Desde el principio utilicé la simbología del alma oscura de Al-Aruk y del bachiller. Y dado que la historia se desenvolvía con una Orden tenebrosa de frailes, no tuve que pensar mucho. El nombre era redondo y fácil de identificar.
Además como quería utilizar la leyenda de la Santa Compaña, que cuenta que todo hombre pecaminoso que se cruce con ella será condenado a vagar con su espíritu eternamente, pues no podía encajar mejor. Así nacieron las dos compañías como contraposición la una de la otra, desmitificando a la anterior y convirtiéndola, como tradición gallega, en positiva y salvadora.
Quise añadir una connotación más: la épica. Es por eso por lo que hablo de un código de honor no escrito donde no se permiten armas de fuego. Y sólo en el asedio de la playa de Rodeira, interviniendo la artillería de los navíos piratas y un par de pinceladas con alguno de los asaltantes y James utilizando un miguelete, pistola de la época, hago de excepción a esta mi premisa. Seguramente la influencia del cine con historias como Robin Hood y diferentes secuelas de Los Mosqueteros, hicieron en mí el resto. Pero quería dotar de cierto romanticismo a la historia y de conseguir trasladar determinado sentimiento de nobleza a los tiempos actuales, y la pólvora no me hubiera ayudado mucho, la verdad.
Velletri-Segni.
Como quería hacer partícipe al padre Benedicto con una determinada simbología casual, lo ubiqué en esta pequeña localidad italiana de la Lazio, muy cerca de Roma. El papel de Benedicto me era vital para explicar la posibilidad del cambio que se fraguaba en la iglesia, desde el punto de vista de la novela. Es por ello que aprovecho la trama para ubicar aquí a María en su infancia y donde comienza a fraguar su personalidad en torno al cura.
Las descripciones son bastante aproximadas y aunque yo no estuve allí, si lo hizo por mí mi hija en Abril de 2014. Solo hay un lugar que no corresponde con exactitud que es el lago Albano, pues en la realidad se encuentra a doce kilómetros, pero entre que tuve un error de cálculo y que de todas formas me pareció lo suficientemente bucólico para enredarlo en el paisaje, decidí no hacer la oportuna corrección. A fin de cuentas, pertenece a Castel Gandolfo, la residencia de verano del Papa, que sí que tiene cierta importancia para justificar su presencia en Velletri-Segni a fin de entregar el manuscrito a María.
Como en toda la novela, me ha interesado utilizar frases de Jesús para dar mayor énfasis a la consecuencia mística. Cómo tenía que conseguir que el padre Benedicto tuviera la misma cicatriz que Al-Aruk, en uno de mis paseos reflexivos surgió la luz, y de una forma bastante más inocente e incluso simpática, versioné la escena de los evangelios de la mujer adúltera. Al mismo tiempo lograba transmitir mis conceptos sobre la simbología dándole un determinado protagonismo al pañuelo como transmisor de mensajes y recuerdos.
Santa Trega.
Uno de los yacimientos arqueológicos de mayor renombre de Galicia. Situado en el municipio da Garda, justo en la desembocadura del Miño, dicen los expertos que sus inicios datan de la edad de bronce y que sus primeros pobladores llevaban arraigados los ancestros celtas.
Desde el principio me pareció de lo más sugerente introducir este poblado, o como denominación más exacta Castro, en la simbología a la que quería llevar los aconteceres de mi novela. Aprovechando la circunstancia de que no se conocía certificado de defunción de María Soliño, me pareció el lugar más apropiado para pasar generación tras generación “escondidos” y preparando la venida de la “elegida”. Pues para mayor información, en la edad moderna no se tuvo conocimiento del mismo hasta bien entrado el siglo XVIII. Ideal para mi historia.
Es de este modo que decido introducirlo como elemento de vital importancia en la vida de la protagonista. Cierto es que para la época actual, al haber sido declarado patrimonio histórico, no resultaba verídico ubicar a los personajes en el auténtico monumento. De ahí nace la idea de recrearlo a través del Refugio, de una forma casi fidedigna al original, con la única licencia del nombre rúnico de María en la entrada. El resto, salvo interpretaciones, es tal cual al auténtico.
Elegí el Robledal de Coiro, primero porque por sus características se podría prestar perfectamente a albergar tal instalación, sin entrar, evidentemente, en sí obtendría los permisos pertinentes de edificación y otro tipo de cuestiones legales, pues a fin de cuentas, lo mío no deja de ser una ficción. En segundo lugar, por la cercanía que tendría para desenvolver el resto de la acción. Y por último, porque precisamente, esta es la zona o barriada más reconocida en Cangas, por sus curanderas y supuestas meigas, con mayor protagonismo, aunque yo no la nombre nunca, entre otras cosas para no confundir, por la famosa “mangallona”.
El Camino de Santiago Portugués.
Lo he realizado a pie dos veces, una desde Tui y otra desde Soutomaior. Así que lo conozco, creo que lo suficientemente bien. Es cierto que reinicio el camino en Tomeza (Pontevedra), pues saliendo de Cangas, tuve que diseñar esta parte del recorrido desde mi conocimiento más o menos profundo de la zona.
Es pues que todos los lugares por los que pasa el grupo de María no solo existen sino que desde mi visión particular, son tal y como los describo. Y el único lugar por él que no pase, pero que fui a visitar, es el Monasterio de Herbón.
Como por exigencias del guion, tenía que ser a caballo, intenté ceñirme lo más posible a la realidad. Es por ello que sólo dos albergues están preparados a tal efecto: El de Barro y el anteriormente citado de Herbón. Por distancias son posibles y reales las etapas. Y los supuestos y pequeños rodeos para evitar en la medida de lo posible las ciudades, también están revisados. La entrada a Santiago hasta el mismo Obradoiro, también es factible, siempre y cuando se realice entre las siete y las nueve de la mañana. Fue por ello, y porque se adaptaba perfectamente a los horarios y sincronización de itinerarios, por lo que la reunión de María con Antonio Pita en San Martín Pinario, es a la hora de maitines.
Es Herbón un lugar que invita al recogimiento. Allí tuve claro que la figura de Juan Fernández se declararía y daría un giro a la historia. Se prestaba a ello.
El antiguo monasterio de San Martín Pinario, Hospedería y Seminario en la actualidad, y que conocía desde hace años, fue en verdad la sede de la Santa Inquisición en Santiago y sus subterráneos, muchos sin descubrir, donde cuentan aún se albergan sus antiguas celdas. Es por tanto fácil de suponer, que entre sus cuevas y supuestos pasadizos, haya una salida que conduzca a la actual plaza de Juan XXIII (que curioso que sea el Papa bueno), donde una fuente, que perfectamente podría servir de abrevadero, me daba el lugar perfecto para la caballeriza.
Su actual gran comedor, podría haber sido perfectamente la sala de juicios y así la describo. Y cuentan aún las gentes de Santiago, que en un edificio cercano, ocupado ahora por una obra social de Bankia, fuera utilizado para innumerables torturas, y que aún se pueden escuchar los gritos de las almas del pasado.
Por razones obvias cambio todo el itinerario de regreso: Armenteira, A Lanzada, Poio, Pontevedra, Marín, Bueu y Cangas. Primero por darle credibilidad al recorrido del manuscrito y poder revivir algunas de sus escenas aunque fuera con los personajes ya tergiversados. Y segundo porque si quería seguir dotando de cierta alegoría a la historia y mostrar por otro lado esta parte tan preciosa del paisaje de las Rías Baixas, no podían faltar los Monasterios de Armenteira y San Juan de Poio, ni cumplir con el ritual de las nueve olas en la playa da Lanzada (clave en el desenlace final de la trama), ni tampoco quería perder una oportunidad tan estupenda de demostrar a mis lectores lo que implica la Feira Franca de Pontevedra, sin olvidarme por supuesto, aunque breves, de los pasos por las tres villas del Morrazo.
Hace un par de años estuve en el Monasterio de Armenteira y recorrí la ruta de la piedra y del agua. Una palabra lo define: Impresionante. Tuve la suerte de visitarlo con una guía maravillosa que de forma clara y sencilla, y muy profesional, por qué no decirlo. Nos relató al grupo de padres que asistimos, la leyenda del caballero Ero, la historia del convento y una correcta descripción de las monjas que lo regentan, y que yo me he limitado a transcribir, según las impresiones recibidas aquel día y un poco de documentación posterior.
Si la memoria no me falla, pues entenderá el lector que no me sé la novela de corrido… nuestros protagonistas inician la verdadera historia con la Procesión del Santo Cristo en Cangas, el último domingo de Agosto de 2.012; es decir el día 26. Después del asalto de la colegiata, María decide ir en busca de su destino a Santiago, llegando a la ciudad del apóstol el jueves 30. Y si seguimos el itinerario de vuelta, llegan a La Lanzada en la noche del viernes, madrugada del sábado 1 de Septiembre, precisamente el día de la virgen, que junto con la noche de San Juan se considera como propicio para el ritual. Interrumpidos por el ataque de los Monjes Negros llegan después del amanecer al Monasterio de Poio, y en esa misma mañana, al mediodía arriban Pontevedra, que celebra su Feira Franca el primer sábado de Septiembre. Parece un encaje de bolillos, pero posible y verosímil. Esta fue una de mis premisas, al esbozar este trayecto. Pienso que lo conseguí. Y si algo se me puede achacar es el más que factible cansancio de la yeguada.
De A Lanzada solo puedo decir que es distinta al resto de las playas de nuestro entorno. Casi a mar abierto, con la mar brava es ideal para la práctica de deportes como el surf y sorprende no solo su longitud sino el estrecho istmo que forma con una serie de marismas que casi se tocan con los dedos las rías de Pontevedra y Arousa, como queriendo desprenderse de la península do Grove.
El ritual de las nueve olas (algunos dicen que son siete y por eso yo también hago ese pequeño juego), también llamado de la fecundidad, lo realizan las mujeres que desean ser fértiles y que tienen algún tipo de problema para quedar encinta. No olvidemos que este tipo de supersticiones siguen muy arraigadas en esta mi tierra, y que devotos o no, cada vez lo practican más “doncellas”, pues aquí siempre se acuna el dicho de las meigas para todo “haberlas hailas”, que es como decir “por si acaso”.
El círculo de críticos adeptos del que me he rodeado para escribir este libro, ha coincidido desde el principio que hago una singular y genial sincronización de los mitos y leyendas de Galicia: La Santa Compaña, Las Nueve Olas y Las Meigas… Ahora te toca a ti juzgar.
Como no podía ser de otro modo, aunque hace ya bastantes años, también visité el interior del monasterio de San Juan de Poio, actualmente hospedería gobernada por los hermanos mercedarios. He intentado reflejar lo mejor que sé el impresionante claustro de las Procesiones y fundamentalmente el mosaico que cubre uno de sus frontales desmenuzando el Camino de Santiago. Digno de ver. La biblioteca no he tenido la suerte de conocerla in situ, pero después de ver sus imágenes y escudriñar en alguno de sus secretos, ganas no me faltan.
Y como colofón, A Feira Franca. Ya he dicho que Pontevedra es la ciudad que amo: No podía faltar una referencia suya en mi novela. Pero tenía claro que debía cumplir la expectativa. Cuando comprobé que no forzaba en exceso la visita a este evento, no lo dudé. Aunque es una celebración relativamente joven, con poco más de una década, es para vivirlo. Y confieso que nunca me he disfrazado. Aquí queda mi promesa: Iré de Santa Compaña, como mis personajes, en alguna de las próximas ediciones… Eso sí, sin caballo, que no sé montar…
Después queda para el turista la iglesia de San Andrés de Placeres, en la cual mis hijos hicieron su primera comunión; el Marín en el que vivo; el Bueu en el que tengo a varios de mis mejores amigos, con un Ermelo que confieso desconozco, lo siento, no soy perfecto… y el Cangas de nuestra María Soliño.
Las Nueve Olas.
Todas las noches de San Juan la playa da Lanzada se prepara para este ritual muy arraigado en la zona y con miles de visitantes, muchos de ellos mujeres, a fin de encontrar el don de la fertilidad.
El día de la Virgen es el último sábado de agosto, y es cuando María lo pone en práctica buscando concebir y haciéndolo tal y como cuenta la tradición antigua. O por lo menos es lo que he intentado reflejar.
Aunque normalmente todo el mundo da por aceptado que son nueve olas, una por cada uno de los meses de gestación, existe alguna versión que lo deja en siete. Me aprovecho un poco de esta, para permitir que mi personaje quede encinta aún no habiendo cumplido con el rito exacto.
Este culto pagano dota de más fuerza aún a los otros, como la Santa Compaña, las meigas y las supuestas apariciones. Desde la concepción de la trama tuve claro que iba a utilizarlos, pues impregnaban de una esencia gallega incontestable a la historia. Quien la ha leído, así me lo ha confirmado.
Nazaré.
Creo que no es necesario que explique porque escogí esta pequeña población portuguesa para el final de la historia. Como es seguro que muchos de los que visiten mi blog no hayan leído todavía la novela, no voy a ser yo quién lo desvele ahora. Solo decir que tiene mucho que ver con la mística religiosa con la que envuelvo toda la trama…
Quiero desde aquí pedir disculpas a sus habitantes por si no he sido capaz de transmitir lo bella que debe de ser esta villa. Y digo debe ser porque nunca he estado. No voy a ganar para promesas porque como ya podréis suponer, esto no puede quedar así: Iré a la primera ocasión que se me presente… (cumplí lo prometido en Agosto de 2.016)
De todos modos, pienso que defino lo justo y cierto. El lenguaje cifrado que tienen sus pescantinas, las calles estrechas serpenteantes, su enorme playa a orillas del Atlántico y la gran plaza donde se erige el Santuario de Nuestra Señora de Nazaré, emplazando el supuesto Hospital de las Hijas de María, que este sí que es invención personal mía. (y esta fue otra sorpresa y causalidad de esta mi novela: existe de verdad!)
Pero estaba claro que el enclave era el propicio para un final tan potente e inesperado, donde a los creyentes y ateos y demás prole, estoy convencido no ha dejado indiferente.
La Trama Religiosa.
Para mí ha sido uno de los ejes fundamentales de la novela.
Intentar reescribir y transmitir mi sentir y mis ideas, que a fin de cuentas no difieren demasiado, de lo que mucha gente pensamos sobre lo que ha sido la historia de la iglesia católica y lo que ahora mismo representa.
María Soliño, condenada por la Santa Inquisición, me ponía de forma fácil sobre el tapete la sempiterna imagen de lucha de poderes e intereses totalmente prosaicos que se manejó a lo largo de la edad media y contemporánea en las esferas de la jerarquía eclesiástica y entre la propia nobleza.
Un admirador como yo de Kent Follet, no podía dejar escapar la oportunidad que el personaje histórico me brindaba de realizar una especie de promesa divina con el fin de cumplirla cuatrocientos años después. Me parecía que daba fuerza e interés a la historia. Y casi desde el principio, a fin de satisfacer mis propios deseos, mi inspiración me había dado con la llegada del nuevo Hijo de Dios.
Esto me daba la oportunidad además de recrear y fantasear con mis propias teorías e hipótesis sobre la muerte y sobre un posible Dios. Y para ello me decora la propia trama con total sutileza la leyenda de la Santa Compaña que como escritor la disfrazo descaradamente en el lado bueno. Justo al revés de lo que cuenta nuestra tradición. Así que también tuve que engendrar al lado malo. Y aquí nacen los Monjes Negros.
Soy de los que piensan que a veces el bien y el mal se entremezclan. Es por ello, por lo que he disfrutado intercambiando personajes en las dos épocas, yéndose y viajando de un lado para otro. Tengo que confesar que los traidores siempre me han subyugado, no sabría decir por qué. Tienen algo de romántico y de perdedores sin remedio que me hacen identificarme.
Pero para mí era crucial ir trasladando esta lucha a los tiempos actuales. Por eso diseñé desde el principio la estrategia de los nombres de nuestros dos últimos papas vivos. Por un lado para evidenciar el momento del cambio de la iglesia actual y sumarlo a la esperanza que le daría a sus fieles si viniera acompañada evidentemente de la llegada del Hijo del Hombre y por otro el continúo dominio y enfrentamiento de los poderes fácticos, devaluando los valores éticos y morales del hombre, bien fuera a través de su propia jerarquía en todos sus tiempos, o bien ya en nuestra época, desde un laicismo creciente y más devastador. A fin de cuentas, hasta el propio Homo Sapiens tenía creencias.
Explicado lo anterior, son las tribulaciones de María las que me conducen a un final tan abrupto y que para nada lo he concebido desde la frivolidad. Lo pensé y medité durante días y no lo decidí hasta que lo escribí. Y mi respuesta se quedó en una pregunta que fue la que me hizo tomar la decisión, y que yo ahora también te traslado, querido lector: ¿Y por qué no?
Ahora quiero dejar algún detalle.
Para el tribunal de la Santa Inquisición, me documenté de cómo eran su tipo de procesos y sus componentes. Como no quería hacer del manuscrito la exposición de los hechos exacta y detallada que hubiera realizado un historiador, si no la narración de los mismos a través de los sentimientos e impresiones de su protagonista, me pareció muy oportuno buscar la fórmula más sencilla, en una especie de juicio rápido, que se daba en llamar proceso acusatorio, y que efectivamente solo necesitaba del Gran Inquisidor, un fiscal y un escribano. Intento de este modo ceñirme todo lo posible a no desvirtuar la realidad de la propia historia, pero no renuncio en ningún momento en someterla a los intereses de la trama en cuestión. Y por esto también señalo que el mismo se celebraría por la tarde, pues los propios reglamentos de la institución así lo exigían en las causas de brujería. Y tal cómo ya referencio en Personajes, Alonso de Salazar y Frías, Antonio Pita y Juan Fernández, pertenecen a la oscura época que refiero en la novela.
El Thriller.
Ante todo mi objetivo fundamental ha sido entretener. Está bien abastecer la narración con buenas descripciones de los parajes, paisajes y lugares donde se desarrolla; de personajes variopintos, buenos y malos, feos y guapos, y todas sus circunstancias; de mitos y leyendas; de una mística e incluso filosofías a caballo entre lo teológico y lo existencial… pero la razón que me llevó a escribir esta historia era, cómo no, la de hacer justicia con un personaje: una mujer, maltratada y olvidada y que merecía este homenaje.
Pero repito, al final es una novela y su misión es que mis palabras hagan viajar a tu imaginación. Así que tenía que generar misterio, intriga y emociones encontradas.
Lo primero, fue el manuscrito. Después el juramento de María Soliño. Así nació la historia de María, pues tenía que haber alguien que la cumpliera.
Hay quien me ha dicho que le falta un poco de acción e intriga al principio. Pero cuando termina de leerla entiende que mi objetivo inicial es contextualizar bien dónde y por qué se encuentran mis personajes. Creo que ya es bastante con los garbancitos que voy dejando: María se siente extrañamente controlada; de repente un cura loco la proclama la elegida ante todo el pueblo; los amuletos de su abuela y su madre; su infancia y adolescencia medio escondida, medio huyendo; el encuentro con el papa y la custodia del manuscrito de su antepasada…
A los que le gusta un tipo de novela más histórica me han aplaudido el manuscrito. La invasión pirata, los Monjes Negros, la colegiata de Cangas en llamas, el perdón de Al-Aruk, la promesa, La Lanzada, el juicio y la condena…
Pero todos han coincidido que la parte final da cumplida satisfacción a las expectativas depositadas, tanto en acción, intriga, misterio, ritmo y sobretodo en desenlace: la aceptación de María, las apariciones, los lugares, el camino de Santiago, los crímenes, la gitana, la jueza, el padre de María, el embarazo… y el final. La palabra que más estoy oyendo últimamente es shock.
Si la has leído y ahora estás desmenuzando estas notas, espero que tú también hayas sentido lo mismo. Si es así, mi objetivo se habrá cumplido.
Solo una cosa. Las diferentes escenas fueron naciendo en función de cómo se iban conduciendo los personajes, y aunque es cierto que siempre tuve una línea estructurada, tuve que ir abriendo puertas para después cerrarlas. Este fue el trabajo más arduo y costoso, pero más enriquecedor y satisfactorio. Y si no te cuento mucho más, es porque aún hay mucha gente que no la habrá leído. Y quiero que me permitas, querido lector, que sea yo quién la destripe ya.
Las Artes Curativas de Eva.
Basé el personaje de la doctora en la esencia de la novela de Teresa Moure Hierba Mora. Teniendo en cuenta que Eva tendría que ejercer ya en el siglo XVII y que por aquella época no existían los médicos tal y cómo los entendemos ahora, y que sus métodos curativos tendrían que estar adecuados a los conocimientos de entonces, pensé que era una salida lógica que fuera una especie de experta naturista que también podría tener su correlación perfecta con el personaje de la actualidad.
Hay páginas web increíbles donde te detallan con claridad los diferentes remedios que a lo largo de la novela, Eva aplicó en sus acciones. Desde las infusiones para que María pudiera descansar mejor, hasta el champú natural para el pelo el día de la boda o los alimentos a ingerir cuando había habido abundante pérdida de sangre…
En relación a su seguimiento del embarazo de María, no ha sido tampoco demasiado complicado. Entre la propia experiencia viviendo de cerca los que tuvo mi mujer, y del mismo modo, la consulta de alguna página médica para no errar en el control tanto del pre-parto como de todo su proceso, fue suficiente. Para mí tenía vital importancia que todo fuera más o menos normal, tanto en los supuestos tratamientos, como en los ejercicios de preparación al mismo, como en sus plazos, teniendo en cuenta que sólo duraría siete meses escasos. Así me centré en sus primeros síntomas y posteriores evoluciones, tanto físicas como psíquicas.
Sí que tuve una preocupación especial por hacer lo más verosímil posible el que no chirriara su monta y viajes a caballo. Evidentemente, no hacía falta que me documentara para ello, no es muy aconsejable. Pero sí que es cierto, probable y factible, pues para una mujer que lo hace continuamente, su feto sufre muchísimo menos. Incluso existe el precedente de la holandesa Anky Van Grunsven que ganó el oro olímpico en Atenas 2004, en la categoría de Doma, embarazada de más de cinco meses: Su hijo nació prematuro y con algún problema… A día de hoy goza de una excelente salud.
En referencia al parto, he intentado que tuviera los máximos visos de realidad, tanto en la paciente como en las acciones de la doctora y la comadrona. Y los primeros análisis ya están preparados para detectar la salud del bebé y sus necesidades. Así que lo que relato podría haber sucedido tal cual en la vida cotidiana… Evidentemente con otros personajes y otra transcendencia.
La cocina de Marcos.
Si hablamos de Galicia, su gastronomía no podía faltar. He hecho de Marcos un auténtico Master Chef, ahora que está tan de moda nuestro recetario tan popular y al mismo tiempo tan innovador.
Pienso que no me he dejado nada en el tintero, para que los que no conocen esta tierra tengan un motivo más para visitarla. Por calidad y cantidad de producto no saldrán defraudados, puedo dar fe de ello.
No quería dejar de identificar cada producto con su lugar más afamado en la zona de nuestras Rías Baixas, para que de este modo cada nuevo viajero pueda saber qué debe probar mejor en cada lugar.
Y por supuesto he intentado que no quede nada fuera, desde el marisco hasta los postres, pasando antes por los pescados y las carnes, así como algunos de los entrantes más típicos y apropiados, asociándolo también a los vinos y licores de la tierra.
Solo intento demostrar cómo bien digo en algún párrafo, que esta mi Galicia, es una excelente tierra de xantar y de fartura…